sábado, 13 de junio de 2009

EL PALACIO DE AMET


Reinaba en Granada, el octavo monarca de la dinastía Nazarita: el gran Mahomet V.En esta corte Amet era el guerrero más bravo y el jefe de la belicosa tribu de los Aldorandines. Insensible a los halagos del amor,llevaba en su lanza un bordado pendoncillo en el que ponía: “libre”. La guerra era lo único que le importaba y no encontraba otro placer que correrlas tierras de los cristianos, y traer a la ciudad orgulloso, los despojos de sus frecuentes victorias.
Llevaba algún tiempo de estar privado de ejercicios guerreros, a causa de una larga enfermedad y, ya repuesto de ella, salió de Granada con doscientos jinetes para realizar alguna empresa que aumentara su fama de experimentado y de valiente. Se encaminó con sus tropas hacia la Serranía de Ronda y antes de llegar a la ciudad, reparó en un amurallado castillo, que parecía ser de grandes señores, y decidió dar allí un golpe certero, seguro de lo descuidados que vivirían sus dueños. Receloso y deseando orientarse, subió a una colina,desde donde podía dominar lo que ocurría en el interior del castillo.Se quedó muy sorprendido, cuando al poco rato vio abrirse las pesadas puertas del mismo, y salir por ellas una joven muy hermosa, a quien acompañaba su débil pajecillo y una respetable dueña. El musulmán quedó petrificado ante la hermosura de la joven. y la pasión amorosa se ledespertó con violencia suma. Siguiendo a la doncella vio que llegaba a un caserío cercano, que era la pobre vivienda de su nodriza a quien diariamente visitaba.

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